sábado, 26 de septiembre de 2009

jugar al amor (II)

Cuando tenia 13 años no era la más insignificante pero mucho menos la más linda. No encandilaba con la belleza de mis ojos ni con la fuerza de mí mirada (es más, siempre miraba para abajo si es que alguien me gustaba).

No impactaba por mi inteligencia (es más, siempre qe atraía un chico me volvía una tonta). Ni mucho menos por mi destreza: (era la peor en educación física). Creo qe todo mi grupo estaba en el mismo lugar: los del medio. Ni winners ni losers. Ahí, en la mitad.

Pero, sin duda, me destacaba a la hora de escribir para los actos, las monografías, concursos literarios, y sí, a algunos chicos eso les atraía. Por ejemplo a Maxi.

Maxi era un chico simpático. Tenía una sonrisa dulce, y el pelo lacio, castaño. Sus ojos eran marrones claros. En esa época, no tendría más de 15 años.

Nos conocimos en la maestra particular cerca de mi casa. El estaba con su noviecita de ese momento, Cecilia, que era una de mis compañeras de curso. Y aunque ese día aparentó ni mirarme unos meses después comenzó su elaborada estrategia de conquista.

Y sí. El anonimato era lo mío. Aunque a veces íbamos a bailar con mis amigas tampoco salía mucho por ese entonces. En el colegio siempre pasaba desapercibida. Siempre me juntaba con las mismas qe, por supuesto, no eran ellas. Ellas…amigas de los amigos de Maxi.

Maxi era uno de esos chicos del qe todo el colegio hablaba. Si cambiaba de novia, si a la fiesta lo llevaba su viejo, si reprobaba una materia, etc. Y sus novias siempre iban a mi colegio.

Yo también ya había tenido un par de noviecitos pero ninguno tan groso. Casi siempre eran chicos más grandes. En ese momento, me gustaban mucho los chicos más grandes. Ni se me ocurría salir con alguno de mi edad. Pero admito qe había algo en él qe siempre me había gustado aunqe solo nos llevamos un año.

Y un día me fije en mi celular: “mili, Maxi te saluda”. y en otro sms,decía: “Siempre te miro a la salida”.
Cuando leí el mje yo le conté a mi amiga del momento, priscila: “Qé casualidad. me mandaron un mensaje para otra mily a mi celular.” Y sonreí. Pero, cuando sali para irme a casa y vi que Maxi me miraba, me di cuenta que me estaba pasando a mí. Oh sí. A MI.

Las semanas restantes fueron de ensueño. Levantarme con absoluta motivación para ir al colegio. Las mañanas todavía eran frías. Pero SABIA q lo iba a ver. Me regalaba golosinas. Yo, a escondidas, tenía una cartuchera donde guardaba los papeles que las envolvían. Y así pasaron los meses, llenos de besos en la plazita y alguna que otra chica celosa por ahí. De vez en cuando nos ibamos a pasear. A veces también venían mis amigas con nosotros. Hasta que un día conocio a la prima de alguien, que captó la atención de todos los varones del grupete. Incluso la de Maxi.

La historia se repetiría, pero ahora me tocaba a mí ser la chica que ya no recibía toda la atención.
Mucha gente podrá decir que en la PRE adolescencia los enamoramientos son pasajeros y no dejan secuelas. Es mentira. La verdad es que a esa edad no se distinguen las cosas en términos de pasajero o duradero.


Las baldosas grises se volvieron más grises y las escaleras más empinadas la semana que maxi comenzó a acercarse a la prima de alguien.

Y aunque no falte quien califique esta historia como “cosas de chicos”, la manera en que se dan nuestras primeras relaciones configura la forma en que nos relacionamos después.

Con maxi aprendí tres cosas qe me ayudaron (estoy segura) para el resto de mi vida:

1) Hay hombres que sólo buscan la adrenalina de la conquista. Una vez que te tienen comiendo de su mano, van en busca de otra presa.
2) Se puede pasarla genial mientras tanto.
3) El amor, definitivamente, no es un juego.

2 comentarios:

Lou* dijo...

te acordas de maxi????????JAJAJAJAJAJAJAJAJJAJA q recuerdoooos!
te amo mily! Te cuento q todavia existo y tengo el mismo numero mala amiga...
me siento muy abandonada x vos! a pesar de q sos una personita re important para mi!
te mando besos diosa!

m,,* dijo...

q puta lourdes, NO ME OLVIDO DE VOS ♥ y cada vez q paso x tu casa no estás.
decime, qien es la abandonadora?
te amo!


m,,*