lunes, 26 de enero de 2009

moments.

Hombres. Qién los entiende. No. No. No me pidas perdón. Ya no estoy enojada. Ya te perdoné. No hace falta, te dije. Yo fui muy feliz con vos. Muy feliz. Demasiado. Sobre todo en la época que me mirabas con cara de boludo. Adoraba tu cara de boludo. Tenías la cara de boludo más linda del universo. Si, a mí se me achinaban los ojos cuando te miraba. Ya sé.

El dia qe cortamos te dije: “Vamos al cine. Es domingo. No quiero estar un domingo así” y me llevaste al cine. Te costaba decirme que no. Me estabas dejando y me llevaste al cine. Eso fue genial. Así se termina una relación. Nada de portazos. Nada de gritos. Pantalla grande, luces y final. Finalmente lloré en una parte en que no pasaba nada. Vos lloraste en la parte que había que llorar. Me gustaba eso. Que a veces llorabas en el cine. Te lo confieso. Te quedaba lindo.

Después salimos de la sala y yo fui al baño. Había unas viejitas que me miraban. Me miré en el espejo un rato. Era tan obvio. Lo veía tan claro. Ya no era la misma. No hacía falta qe me cortara el pelo, me hiciera una tintura o estrenara unos lentes de contacto. Nunca iba a volver a ser la misma. Y gracias a dios! Los espejos enseguida se dan cuenta de esas cosas. Pero no. Ya no estoy enojada ni triste.


Estoy feliz. Ahora me gustan hombres diametralmente opuestos a vos.
FELICIDADES. a vos y a cari.



x lo de papás, digo.

los qiero mucho.

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